Para garantizar el bienestar y la felicidad del Shiba Inu es crucial llevar a cabo una correcta sociabilización desde las primeras etapas de su vida, preferiblemente entre las 3 y 14 semanas de edad, periodo en el cual los cachorros se encuentran con sus criadores.
Esta es una fase crítica en la que los perros son más receptivos y pueden aprender y adaptarse más rápidamente.
La cría familiar desempeña un papel fundamental en este proceso, proporcionando una base sólida para que los Shibas desarrollen una personalidad equilibrada y se conviertan en compañeros confiables y amigables.
Por lo tanto, la sociabilización adecuada desde una edad temprana es esencial para garantizar que estos perros se conviertan en compañeros equilibrados y socialmente competentes.
Según estudios recientes, se ha demostrado que la genética no determina el carácter de los perros según su raza, ya que el tipo de raza representa menos del 10% de la herencia genética.
Muchas veces tendemos a confundir carácter con temperamento. El temperamento del Shiba se refiere a las características generales y predisposiciones comunes de la raza, mientras que el carácter se refiere a los rasgos y comportamientos individuales desarrollados a lo largo de su vida, influenciados por factores como su crianza, su socialización y sus experiencias personales, o dicho más claramente, los cachorros no tienen carácter, lo conforman a lo largo de su vida en base a lo anterior.
Ambos aspectos son importantes para comprender y manejar adecuadamente a los Shibas y sus necesidades.
Siempre decimos lo mismo, el perro familiar no nace, se hace. Los criadores familiares somos personas que por dedicación preparamos un ambiente para que nuestros Shibas desarrollen ciertas conductas deseables determinadas y no desarrollen otras no deseables, ya que vienen determinadas por factores ambientales y no genéticos, por lo que el contacto diario, constante a través de estímulos concretos, así como con personas y otros animales a edad temprana es fundamental para ello.
De hecho hay cachorros provenientes de una misma camada que pueden exhibir conductas muy distintas, tanto por experiencias vitales que pudieran tener con sus nuevas familias, como las que hayan podido tener durante su periodo de sociabilización temprana, como por ejemplo, que un cachorro fuese más dominante que otro, aunque la base de su sociabilización haya sido la misma, siempre tendrán personalidades muy distintas.
¿Eso es malo? Para nada, son simplemente personalidades diferentes, tal como nos ocurre a los humanos entre hermanos, que siendo criados por los mismos padres y con una misma educación, presentamos personalidades distintas.
De ahí la importancia de la correcta sociabilización temprana que sólo podemos aportar los criadores familiares por la dedicación que tenemos hacia ello y porque no criamos de manera intensiva, por lo que nos permite atender de manera individual cada camada en función a las necesidades específicas de cada una de ellas.
Si quieres un Shiba familiar como un miembro más de tu familia, te recomendamos siempre que optes por un criador familiar, bien sea un Kawairashii o que provenga de otro criador, pero que sea criado siempre en entorno familiar y que su sociabilización haya sido la correcta, lo cual agradecerás a futuro.
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