Esto conlleva una serie de implicaciones:
1º. De tipo ético:
No se cosifica a los cachorros.
Las futuras familias se aseguran de que no colaboran con un trato poco ético de los padres de su cachorro, ya que no es fruto de explotación animal, maltrato o sufrimiento.
No se colabora con el tráfico de animales de Europa del Este, criados mayoritariamente en extrema crueldad.
2º. De tipo sanitario:
Los cachorros nacen en un hogar con perros controlados sanitariamente y diariamente por nosotros, por lo que cualquier cambio en su estado de salud es rápidamente reconocible y se puede actuar en consecuencia evitando sufrimientos innecesarios.
Velamos por la salud de nuestros shibas y la de sus cachorros, por lo que realizamos todo tipo de pruebas médicas que entendemos necesarias y oportunas para garantizar la inexistencia de enfermedades de origen genético.
Igualmente, nos auto-establecemos un protocolo súper estricto para evitar enfermedades infectocontagiosas o de origen vírico, porque la salud de nuestros shibas es lo primero.
3º. De tipo etológico o de comportamiento:
Los cachorros están desde el primer momento en contacto con adultos y niños, ruidos cotidianos del hogar, y acompañados durante todo ese camino por su madre y hermanos.
La llegada a su nuevo hogar, lejos de ser traumática y necesitar de un largo periodo de adaptación, se convierte en una nueva aventura, donde nuestros cachorros en menos de 24 horas son capaces de adaptarse a su nuevo hogar, ya que reconocen estímulos que ya les son familiares, porque son similares a los que han conocido desde que nacieron, lo cual les hace sentir seguros.
No disponemos de multitud de camadas, lo cual nos permite poder atender a todos los cachorros de manera individual y óptima.
Pero también tienen una serie de inconvenientes:
Al no criar de manera intensiva, es muy poco probable que tengamos cachorros disponibles, por lo que en caso de querer un Kawairashii tendrías que reservar un cachorro y esperar a que nazca el mismo, pero esto te ahorrará muchos quebraderos de cabeza futuros tanto a nivel de salud como de comportamiento.
Suelen ser más caros y la razón es que debido al número reducido de camadas y que la atención es individualizada, los gastos son muy superiores que quien dispone de una gran cantidad de hembras criando de manera intensiva o incluso cría varias razas, porque el gran volumen de ventas reduce sus costes.
No vivimos de ello porque tenemos nuestros correspondientes trabajos y lo que de lejos podría ser un inconveniente es un beneficio, ya que no tenemos la necesidad de explotar a los cachorros o a sus madres, ya que lo realizamos por pasión y no por la necesidad de un sueldo.
Si en lugar de querer un shiba, quieres un nuevo miembro para tu familia, te recomendaremos siempre que optes por un criador familiar, sea un Kawairashii o de otro criador, pero que provenga de la cría familiar.
En el caso de los shibas, la mayor parte de los problemas de comportamiento, incluido aquellos que aparentemente requieren, según determinados criadores y veterinarios, castración temprana, suelen ser debido a que no nacen en entornos familiares, sino en jaulas, zonas exteriores, o incluso perreras y su sociabilización ha sido prácticamente nula.
Los shibas son una raza de tipo primitivo, por lo que el contacto diario, constante con estímulos y personas a edad temprana es primordial si queremos tener un perro sociable y cariñoso con el que poder disfrutar nosotros de él y él de nosotros, sin que vivamos nosotros y él en un estrés constante.